El complejo entorno en el que nos vemos envueltos nos hace vislumbrar la necesidad imperiosa de cambios. Cambios basados en paradigmas que permitan una revolución desde la base. Algo así como un NUEVO RENACIMIENTO.
El Renacimiento que se produjo en los siglos XV y XVI supuso una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas, y fue fruto de la difusión de las ideas del humanismo que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.
El nombre «renacimiento» se utilizó porque este movimiento retomaba ciertos elementos de la cultura clásica, indicando un proceso innovador inspirado en esa Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicaría en adelante.
Así, en un momento de zozobra tan acusado como el presente, en el que los principales cimientos sobre los que se asientan nuestros valores se encuentran resquebrajados y se presentan en una Sociedad desorientada tal vez sea una gran ocasión para volver a «renacer».
En este contexto se hace imprescindible la figura del Hombre Renacentista u Homo Universalis (expresión latina que podría traducirse como «hombre de espíritu universal»).
Esta idea recoge los principios básicos del humanismo del Renacimiento y se caracteriza por considerar al hombre como un ser "todopoderoso", con capacidades ilimitadas para el desarrollo, y le exhorta a abarcar todos los campos del conocimiento y desarrollar sus capacidades al máximo. Por este motivo, muchos hombres en el Renacimiento hicieron florecer notablemente la cultura y el arte.
Parece que ese nuevo momento ha llegado...
Los valores sobre los que se apoya nuestro trabajo tratan de hacer confluir dos conceptos paralelos, complementarios y necesariamente compatibles:
Este reto, nos exige, como profesionales y como equipo, tener muy claro nuestro "norte" y los pilares que nos permitan desarrollar un trabajo que aporte valor añadido a las personas y que debemos aplicarnos de manera congruente.
Veamos cuáles son esos pilares:
Tanto en la orientación al cliente como en las personas que desarrollamos la actividad en TALENTIA. Nuestro Modelo de Negocio está configurado a través de una importante RED de profesionales alrededor de la persona o la organización a la que se le aporta valor. Ya no existen, ni tan siquiera, estructuras planas, sino circulares, en las que todos los recursos miran hacia el centro.
Excelencia supone sobrepasar nuestras propias expectativas y las de nuestros clientes. Supone dar más que una respuesta adecuada en tiempo y forma. Alcanzar cotas imprevistas, asombrosas, en conjunto con nuestros clientes forma parte de la actitud que desplegamos ante todos y cada uno de los proyectos que afrontamos a diario.
Poner lo mejor que somos en cada actuación forma parte de nuestra visión humanista de las relaciones, tanto familiares como empresariales. Nos volcamos en lo que hacemos porque es lo que realmente nos gusta, lo que nos divierte y a lo que hemos decidido dedicar nuestra carrera profesional. Estamos convencidos de que los cambios que debe afrontar la Sociedad son necesarios y cada uno de nosotros somos responsables, desde nuestra posición, de hacer que ocurran. Con humildad, pero sin excusas.